miércoles, 16 de marzo de 2011

La práctica hace al asesino.


El primer año de Universidad fue bastante fácil para la joven Alicia, pues le fue excelente, ella junto a Nicolás fueron los alumnos más destacados del grupo, causando cierta envidia por parte de algunos compañeros, la envidia y la falta de aceptación de algunos, llevaron a crearse comentarios sobre ambos jóvenes, que se copiaban en los exámenes, que eran los favoritos de los profesores, que Alicia era una mojigata que se aprovechaba del interés que siempre le demostró Nicolás, en fin. Comentarios que luego de un tiempo fueron desmentidos por la propia Alicia, quien solicitando el permiso del profesor  a cargo, les dio a conocer a sus compañeros lo poco que le importaban sus comentarios fundados en la envidia y la cizaña, que su forma estúpida de hablar no los llevaría a ningún lado y que si ellos preferían gastar su tiempo hablando mal de ella serían los únicos perjudicados, ya que, en lo académico y el lo personal a ella no le modificaba en lo absoluto. Muchos se tragaron sus palabras, mientras que la joven seguía teniendo un buen desempeño en la Universidad, seguida por Nicolás quien siempre dejaba las cosas en empate. Así fue pasando el tiempo, Alicia era una alumna perfecta, siempre era solicitada por los profesores para ayudar a los demás en ayudantías, accediendo esta de la mejor forma, toda esa ayuda que ella estaba entregando, ese buen comportamiento, todo lo que ella hacía estaba fríamente planeado, todo calculado para que al fin de cuentas tuviera la ventaja sobre las cosas. Las cosas se devuelven pensaba ella, si sigo así cuando necesite algo de alguien este se verá obligado a devolverme la mano… y bueno así fue, al comenzar su práctica, todo estaba  a su disposición, en especial lo que ella más anhelaba, información… preciosa información.

Alicia… sé que no deberías estar aquí a esta hora, es algo tarde, pero tenía que hablar contigo sobre algo que me sucede hace un tiempo… - Nicolás hace una pausa.
Nicolás tu has sido una persona importante este último tiempo, fuiste el primero en acercarte a mi y a pesar de mi forma fría y distante de ser, jamás me has negado tu amistad y créeme que eso lo aprecio bastante, pero ten presente que lo que vayas a decir a continuación, puede cambiar un poco las cosas, quizás las entorpezca, puede que esté malinterpretando tu silencio, pero soy mujer, en el fondo sé que a lo que vas…
¡Me gustas!- dice Nicolás de la nada y baja la cabeza tristemente, pues sabe muy bien que Alicia no tomará mucho en cuenta sus palabras, puede que se vaya caminando sin decirle nada, puede que decida no hablarme nunca más… o puede que haga como si esto jamás ocurrió…
Alicia no alteró ni una célula de su expresión facial, pues ya lo sabía, siempre lo supo, Nicolás es un joven sentimental que siempre que la veía a los ojos le contaba la verdad… sus ojos ya se habían confesado mucho antes que su boca se dispusiera a contarle. A pesar de tener una piedra en vez de corazón, a pesar de que su mente pensaba en matar en vez de besar o querer a alguien, la joven sintió algo en el fondo de su ser… al ver al triste sujeto que yacía en frente de ella con esa mirada tan triste, sintió pena, sintió que era humana, que podía experimentar otras cosas no sólo odio o ganas de vengarse, sintió que no era una vulcaniana que podía manejar muy bien sus sentimientos, tan bien que pareciera que jamás los tuvo, esta vez era diferente, pues ella sentía aprecio por aquel joven, y verlo ahí alicaído produjo cierta reacción en ella. Haciendo algo que jamás desde que se enteró de la verdad sobre la muerte de su madre había hecho, se acercó a él y lo… abrazó. Una extraña imagen, pero verdadera. “No pongas esa cara amigo, tus ojos se ven más lindos cuando sonríes”- susurró a su oído, mientras que el joven sentía que su corazón se le saldría por la boca.
Soy una persona que ha sufrido la pérdida de su madre a los 5 años, desde siempre fue la niña callada que jugada todo el día en el patio con su gato mientras su padre la veía con sus ojos cargados de tristeza, nunca logré comprender el por qué de esa mirada, hasta hace un tiempo, y cuando lo supe llené mi corazón de odio… no puedo contarte más Nicolás, pero quiero que sepas sólo una cosa, la verdad no sé si te podría ayudar en algo a sentirte mejor, pero es lo que siento y quiero decírtelo, “Nicolás si tan sólo te hubiera conocido en otro momento y en otro lugar, estoy segura de que tú habrías sido alguien muy importante para mi, y que tus sentimientos hacia mí habrían sido correspondidos”- Alice termina de decir estas palabras y se va… quedando aquel joven sentado en la banca del bulevar…
De camino a casa, Alicia va pensando sobre lo que acaba de acontecer, cuando sorpresivamente aparece un sujeto y la intercepta, ella activa su alarma interior y se pone en total defensiva… el sujeto se acerca un poco más, Alicia ya sabe cuales son las reales intensiones de aquel bastardo, además que la logrado divisar aquella arma blanca que él posee en la mano derecha… es realmente un momento de tensión. ¿Qué quieres?- pregunta ella, rompiendo el hielo de aquella estresante situación. ¿Quieres dinero? Pues te lo doy… - no quiero dinero, dulzura, prefiero que te acerques un poco más a mi y te mostraré lo que quiero… - asco- sintió la joven…
De pronto algo pasa a través de su mente, un fugaz pero claro pensamiento… quizás esta sea una buena oportunidad para probar mis conocimientos de…
El sujeto se lanza sobre ella, tomándola de un brazo, pero ella logra reaccionar lo bastantemente rápido como para quitarle el arma de la mano, ahora la situación esta invertida… el sujeto trata de recuperar lo que le han arrebatado, pero Alicia tiene los ojos inyectados de un gran deseo de matar, lo único que quiere es ver correr sangre de aquel sucio y mundano cuello. Y bueno, deseos que no demoraron mucho en ocurrir, bastó un segundo para ver aquel hilo de preciosa sangre roja, y unos centímetros más atrás la joven contemplaba aquel perfecto corte en plena yugular, tal como lo había hecho en clases de anatomía en el último examen, había logrado el corte preciso.
Alice se retira del manchado lugar, sin una gota de sangre, y con la adrenalina corriendo sin tregua por sus venas, envuelve el cuchillo en papel higiénico y lo guarda en su bolso, tenía que pensar muy bien dónde, cómo y cuando deshacerse de el.
Después de una reponedora ducha, recostada ya en su cama, como si nada hubiera ocurrido se toma unos minutos para pensar en el asesinato que acaba de cometer, y analiza cada uno de sus movimientos, pues es importante pensar en cada uno de sus pasos, de lo contrario jamás podrá llevar a cabo su venganza, aquel día todo debe ser perfecto, por ahora “la práctica hace al asesino”. 

Continuará...

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