sábado, 9 de abril de 2011

Culpen al Otoño


No es mi culpa que las hojas se sequen,
que los días se acorten, 
y que las mañanas sean frías, 
no es mi culpa que la nostalgia venga cada tarde, 
cuando los recuerdos se hacen abundantes. 

La tarde suele llegar algo apresurada, 
mientras por mi ventana entran esos atrevidos rayos de luz naranja, 
el cerrar mi cortina podría hacer que ellos se queden afuera, 
pero no por eso dejaría de oscurecer, 
no por eso la noche se volvería día otra vez. 

Ahora sólo se ven sombras, 
en especial esa del atrapa sueños que cuelga de mi ventana, 
ahora sólo se puede ver luz artificial iluminando calles, 
pero juro que no es mi culpa que la tarde se haya acortado, 
la culpa es del otoño que quiere hacerme ver como la responsable de esto. 

Culpen al otoño que yo soy inocente, 
juro que mi único crimen fue observarlo y hacer crujir las hojas que estaban en la vereda, 
no necesito un abogado que me haga ver inocente,  de seguro el me culparía también, 
No necesito culpadores, no necesito caridad, 
sólo una mano que me diga con sinceridad... Yo te creo. 

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