miércoles, 13 de abril de 2011

Versos inconscientes



La soledad no es más que eso,
que las demás definiciones se las lleve el viento, 
en mis manos está la llave, 
esa que oxidada yace, 
la que se traba en la cerradura, 
pues los años la han torcido por añadidura. 


Y esa puerta trabada, 
por más fuerza que se le ejersa,
parece poner aun más resistencia, 
mientras ella sólo pide clemencia,
no es su culpa que los años la hayan 
olvidado en aquel diván. 

Un diván tapizado de soledad, 
no fue su elección, pero era su realidad
¿si la puerta no se abría,
que más esperaría?
nadie esperaría a que los años
pasaran como truenos. 

Para ingresar y sacarla,
de a poco sentía el olor de la amapola,
esa que parece ser infinita,
que no se marchita,
ni por uno, ni por dos, menos por tres, 
y mientras los árboles se ponían tristes. 

La llave maestra dejó de funcionar
asi ¿que por qué no me vienes a acabar? 
puedes ver  como mis palabras se están volviendo pesadas
y las rimas, in-rimadas, 
La soledad es sólo eso
que más puedo decir. 


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