lunes, 13 de diciembre de 2010

Juntos ¿qué más podría esperarse?


Una mirada bastó para tenerlo, no fue necesario un guiño, una sonrisa, una ilusión… él simplemente manifestó su debilidad, era un simple mortal, ¿Qué más se podía pedir?  Sus manos temblaron, dudó. ¿Qué era él ante ella? Sólo un cuerpo hipnotizado.  Cuando su corazón dejó de latir, por un segundo, lo supo… cuando su mirada se tornó gris, cuando sus manos dejaron de temblar… lo supo. Todo le resultaba extraño desde la brisa que frecuentó el lugar, el ave que planeó sobre su hipnotizado cuerpo. Comprendió que dos almas cuyo dolor tenían en común, cuyas lágrimas habían sido compartidas en una soleada pero triste tarde de verano, o aquella fría mañana de julio… no podían más que estar juntas ¿Qué más podría esperarse?

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