Me derrito en mis palabras

 

En un día soleado como hoy, cuando la brisa toca suavemente la cortina de mi ventana, siento un leve olor a mar... y las ganas de salir a caminar  otro lugar me llaman. A decir verdad nunca me ha gustado el encierro, amo tanto la libertad que caigo en el error y contradicción de esconderla, incluso de oprimirla. Pero ¿de qué sirve un día así? si los ánimos no me conducen más lejos que al baño de mi casa, o al refrigerador cuando tengo sed o hambre... que miserable es sentir la brisa por la ventana, ver el cielo celeste y pensar en que simplemente no te sientes bien, una escena bastante patética. Mientras muchos aprovechan un día así, yo pienso en lo injusta que es la vida... en que faltan 4 días para la navidad, y están todas esas personas que se sofocan con el calor de las tiendas y de las calles,  para llenar un árbol artificial de regalos con lindos papeles y coloridas cintas... esperando ser arrancadas por la impaciente mano del poseedor. Mientras que hay otras que sólo esperan una cena de navidad, otras que sólo esperan llegar vivas a su casa después de una exhaustiva jornada de trabajo... 

En realidad pienso que todo en esta vida es una locura... somos todos unos desquiciados esquizofrénicos sedientos de algo más y los que no, bien por ellos. 

Siempre tendré la percepción de las personas que realmente están felices consigo mismas y con lo que tienen, las que no y las que fingen. Por ejemplo; esos individuos adinerados que viven de lujos y excesos, que juran de su vida algo perfecto, crían hijos sedientos de dinero y poder, cuervos a mi parecer, cuervos que les arrancan los ojos como a cualquier otro animal muerto en la carretera, mientras que por dentro se pudren en la soledad, y en ocasiones conducen su vida a un desenlace fatal. Pero por otro lado están esas personas de esfuerzo que sudan sangre,  por sus hijos y familia, que serían capaces de todo para el bienestar de ellos, que a pesar de que tienen una vida de mierda, son felices con el simple hecho de tener a alguien a quien amar... Los que no pueden faltar, son esos que se quejan por todo, que son pobres, que no les alcanza, que su vida es una mierda que por eso tratan como perros a sus hijos, que por eso son alcohólicos, ¡gente de mierda que espera que las cosas le caigan del cielo! personas que viven de su mediocridad con cero motivación de ser alguien en esta vida.  Y así como estos hay muchos ejemplos, cabe decir que si los mencionara todos me faltaría espacio. 

A mi parecer son muy pocas las personas que realmente le toman el verdadero sentido a la vida, y no me incluyo en ese saco, de otra manera estaría caminando por la calles de esta ciudad, con la brisa en mi cara... y no aquí derritiendome en mis palabras.